Lo que Compro
Es de vital importancia preguntarse dónde gastamos nuestro dinero. La mayoría de las grandes corporaciones y las multinacionales están haciendo más daño al medio ambiente que, por ejemplo, negocios familiares y locales. Su objetivo es obtener ganancias y para eso necesitan clientes que gasten dinero. ¿Qué pasa si no lo hacemos? En este sentido, realizar una compra es similar a emitir tu voto. Como cliente, tienes voz. Como individuo, depende de ti elegir cómo la usas.
Compra Localmente
Las compras a negocios familiares y locales tienen muchos beneficios. Están dirigidos por personas que producen sus propios productos y sienten pasión por lo que hacen. Debido a que son pequeñas, estas empresas tienen niveles más bajos de huella de carbono en comparación con las empresas más grandes que producen en masa porque por ejemplo, no realizan ningún envío internacional. Finalmente, al gastar tu dinero localmente, apoyas la economía local y tienes más influencia sobre dónde se asigna ese dinero y con qué fines.
Compra en Mercadillos
Al elegir comprar frutas y verduras en el mercado local o en una frutería en lugar de en un supermercado que es parte de una cadena, también apoyas a la economía local. La mayor parte de los productos que compras en el mercado son orgánicos y de cosecha propia, esto significa que se utilizan menos productos químicos en el proceso de cultivo no afectando negativamente a la biodiversidad. Por otro lado se reducen los costes de envío haciendo que el producto final sea más barato. Estos mercados suelen estar comprometidos con la reducción de los envases de plástico.
Reduce el Plástico
La mayoría de nosotros somos conscientes de que el plástico es uno de los muchos villanos del cambio climático. El plástico puede ser útil en determinados casos, especialmente en el ámbito médico pero no es necesario su uso diario en nuestra vida. Está hecho de combustibles fósiles y, a pesar de la opinión popular, el 91% de los plásticos no se reciclan. En los casos en que lo que se recicla, esto solo se puede hacer dos o tres veces. Por lo tanto, es importante que hagamos nuestro mejor esfuerzo para reducirlo.
Dile No al Embalaje
Desafortunadamente, los plásticos tienen una forma de colarse en otros productos en forma de embalaje. Cuando sea posible, no pidas embalaje y lleva tus propias bolsas de frutas y verduras reutilizables en lugar de usar las bolsas de plástico provistas. En vez de comprar refrescos en botellas de plástico, opta por latas de metal. Los productos de belleza y limpieza pueden ser un gran problema. Cuando sea posible, elije jabón o champú sólidos en lugar de líquidos en botellas de plástico. Las pequeñas empresas suelen utilizar frascos de vidrio en lugar de plásticos para productos para la piel.
Compra en Tiendas "Zero-Waste" y a Granel
Las tiendas Zero Waste y a granel son cada vez más populares. Debido a las regulaciones Europeas, los supermercados más grandes pronto también se verán obligados a proporcionar productos a granel y estaciones de recarga para productos que a menudo utilizan envases de plástico. El funcionamiento de estas tiendas es que en lugar de tener productos como arroz, cereales, pasta o frutos secos preenvasados, llevas tu propio envase o utilizas las bolsas de papel que se proporcionan en estos establecimientos, reduciendo así el embalaje y el desperdicio innecesario.
Papel, Metal, Vidrio y Madera
Por suerte, hay muchas alternativas al plástico que puedes comprar. El papel, el metal, el vidrio, el bambú, el cáñamo o la madera son todos recursos naturales que no son tan dañinos para el medio ambiente como el plástico. El aluminio se puede reciclar indefinidamente si se elimina con cuidado. Hoy en día se pueden adquirir muchos productos producidos con estos materiales que anteriormente se elaboraban con plástico. Por ejemplo, los recipientes de plástico para alimentos se pueden cambiar por vidrio, metal o incluso bambú. Las pajitas de plástico se pueden reemplazar por las de metal. Puedes comprar cepillos de dientes de bambú o un juego de mesa de papel en lugar de un juguete de plástico para un niño.
Reúsa lo que Puedas
Al reutilizar elementos que ya están en tu poder, reduces su desperdicio. Recuerda, incluso cuando algo está hecho de materiales naturales reciclables, seguirá produciendo desperdicio cuando se deseche. Teniendo esto en cuenta, es una buena idea tener artículos como vasos reutilizables o almohadillas desmaquillantes de tela/algodón reutilizables en lugar de las desechables.
Muchas veces, cuando crees que necesitas un producto, es posible que ya tengas algo en casa que pueda servir para el mismo propósito. Por ejemplo, en lugar de comprar un portalápices, puedes usar un frasco de mermelada viejo. Esto te ofrece espacio para ser creativo e incluso divertirte con tus hijos; mira si puedes construir una casa de muñecas o una estación espacial con cajas de cartón y rollos de cocina usados.
Menos es Más
El producto más sostenible es aquel que no se compra. Vivir en la era del consumismo nos ha hecho creer que necesitamos poseer mucho más de lo necesario. Recientemente, muchos de nosotros hemos practicado comportamientos comúnmente conocidos como “terapia de compras”. Antes de comprar algo, pregúntate: ¿realmente necesito esto? O: ¿esto me hará sentir más feliz? La creatividad, el ejercicio o pasar tiempo con la naturaleza pueden mejorar tu estado de ánimo más que comprar de manera compulsiva. Echa un vistazo a la sección Mente y Cuerpo para obtener más información.
Conoce lo que Compras
Cuidado con el "Greenwashing"
El greenwashing es una táctica de marketing que utiliza palabras de moda como ecológico, sostenible, orgánico, natural, para atraer a los clientes concienciados sobre el cuidado del medio ambiente. Se está volviendo más común entre las grandes marcas, es por eso que hacer tu investigación es clave. Una empresa ética compartirá información específica sobre sus materiales de origen y mano de obra. Algo para recordar es que, en general, todo lo que se produce en masa no es sostenible ni ecológico.
Usa tu Voz
Ser cliente es similar a ser ciudadano y usar tu voz también puede tener un impacto en este contexto. Todas las empresas realizan estudios de mercado para averiguar qué les gusta y qué no les gusta a los clientes, qué compran y qué no compran. Como tal, cuando te guste algo, habla de ello. Cuando no te guste, habla de ello. Si compras una marca local, etiquétala en las redes sociales y hazles saber a ellos y a tus seguidores que sus productos son sostenibles. Cuando decidas no comprar más en una empresa en particular, hazles saber por qué. Diles en las redes sociales o por correo electrónico que no apoyas sus prácticas. Las empresas y corporaciones son responsables de lo que está en el mercado, pero son los clientes los que deciden qué hay en el mercado.
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